viernes, 20 de junio de 2008

Walter benjamín – Anotaciones vinculadas a la problemática de la narración y de la experiencia

El narrador

Consideraciones sobre la obra de Nicolai Leskov

  • El narrador constituye una figura ya de por si alejada y que tiende a alejarse más aun.
  • Cada vez es más raro encontrar gente que sepa contar bien algo.
  • La experiencia que corre en boca en boca es la fuente en que han abrevado todos los narradores.
  • Se presta atención, tanto al que conoce un tema porque ha viajado, como al que puede hablar de algo por estar asentado y pertenecer a un cierto lugar. Distingue entre el agricultor sedentario, y el marino mercader. Sin la compenetración de lo que representan estos dos personajes, sería imposible pensar la extensión real del género narrativo.
  • La narración tiene abierta o secretamente su utilidad, la cual puede variar.
  • Lo que separa a la novela del relato es su relación esencial con el libro. El narrador toma lo que narra de la experiencia, ya sea la propia o una que le haya sido transmitida. Y la transmite, también como experiencia. La novela refleja la vida humana, lo inconmensurable. Nos hace ver la profunda desorientación de los seres humanos.
  • La información, influye en la narración, pretende ser verificada de inmediato.
  • Somos pobres en historias extraordinarias, todo es acompañado de explicaciones, y hay un vacío en la narración.
  • En una verdadera narración, la información tiene su premio en el instante en que era fresca. Sólo vive ese instante, debe entregarse completamente a él, y explicarlo sin pérdida de tiempo. La narración permanece agazapada, y es capaz de desarrollarse después de mucho tiempo. Deja instalada una problemática.
  • Relatar historias es el arte de saber seguir contándolas y se pierde cuando las historias ya dejan de ser retenidas.
  • El cuento o la Short history, se desprende de la tradición oral.
  • Pocas veces se ha prestado atención a que la relación ingenua entre el oyente y el narrador está dominada por el interés de retener lo narrado. La memoria es la capacidad épica por sobre todas las cosas.
  • Memoria inmortalizante del novelista frente a la memoria breve del narrador. En la novela, lo que aparece es la recordación, como don de las musas, en la novela frente al memorar propio de lo músico en la narración, cuando con el ocaso de la epopeya la unidad de sus orígenes había salido de la memoria.
  • No hay narración alguna en que la pregunta ¿y, como sigue?, haya dejado de tener derecho a ser formidable. La novela, en cambio, no puede seguir dando un solo paso más allá de sus límites, e invita al lector a poner él, la palabra “fin”.
  • Quien oye un relato participa de la comunidad de los narradores; incluso, el que lee participa de esa sociedad. El lector de novela, en cambio, está a solas y se apropia de su tema con gran celo.
  • Los cuentos nos dan noticia de las primeras formas que la humanidad encontró para sacarse de encima esa pesadilla que el mito había puesto sobre su cuerpo.
  • Los refranes son escombros que ocupan el lugar de los viejos relatos, y en los cuales se yergue una moraleja. El narrador prosigue su camino entre maestros y sabios. Sabe dar consejos como el sabio. Su don es poder narrar su vida. El narrador es el hombre capaz de dejar consumirse completamente la mecha de toda su vida en la dulce llama de su narración.

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